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IGLESIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS

Monumentos históricos

Area Capital (Córdoba)

Dirección: Obispo Trejo esquina Caseros

Comprende a la antigua ermita, la Capilla Doméstica, la Residencia de la Compañía de Jesús y el templo.
La ermita, construida en 1589, diez años antes de establecerse los jesuitas en la ciudad, es la construcción eclesiástica más antigua que se conserva en el país. Edificada con muros de piedra bola, unidos con cal y arena, constituye la Sacristía de la Capilla Doméstica. No existen precisiones sobre la fecha de construcción de la Capilla Doméstica, su edificación pudo haberse comenzado en 1644 o en 1666, aunque sí se sabe que se finalizó en 1668. Su techo armado con gruesas cañas tacuaras y recubierto en cuero, es uno de los elementos más llamativos. Se destacan en ella el retablo barroco y las hermosas pinturas de la bóveda, cuyo motivo central es la Virgen de Monserrat.
La Iglesia de la Compañía de Jesús comenzó a construirse alrededor de 1646 y fue concluida en 1671, aunque sus torres datan de 1673 y 1674. Con planta en forma de cruz latina, sus muros de piedra quebrada y ladrillo, asentados en cal, tienen un metro y medio de espesor, con pequeñas aberturas hacia el exterior. La austera fachada de piedra, con puertas tachonadas, está enmarcada por las dos torres decoradas con motivos fitomorfos en piedra sapo.
A ambos laterales de  la  nave principal, entre la nave del crucero y las torres, se levantaron sendas capillas, la de los Españoles a la izquierda y la de los Naturales a la derecha. La Capilla de los Españoles fue levantada en el siglo XVIII para que fuera utilizada por los nativos en la Península Ibérica o por sus descendientes. A mediados del siglo XIX esta  capilla comenzó a usarse para los actos de entrega de los grados universitarios, convirtiéndose después de varias modificaciones durante la segunda  mitad del siglo XIX, en el hoy conocido Salón de Grados. La Capilla de los Naturales  fue  levantada para ser usada por los negros y los esclavos, y  puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de la Candelaria, pero en ese mismo sitio, en  1877 se  iniciaron las obras de la actual Capilla de Lourdes. Ambas capillas,  luego de la expulsión de los jesuitas, fueron empleadas como aulas de enseñanza para niños.
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767,  la manzana fue asignada a los franciscanos hasta que en 1853 regresa la Compañía. Este conjunto, conservado en gran parte, constituye uno de los más valiosos ejemplos de la arquitectura colonial en nuestro país.

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