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Los artesanos guaraníes construían, antes de la llegada de los jesuitas, cacharros y cestos para diversos usos, trabajos en tacuapí (pequeña tacuara) y algún tipo de hilado muy rudimentario.
Con las misiones jesuíticas aparecen las tallas en madera iluminadas con brillantes colores, toda suerte de imaginería, y la cestería toma un gran auge en el clásico diseño que siempre comenzaba a tejerse a partir de un cuadrilátero.
Estos hábiles artesanos construían, según modelos europeos, todos los instrumentos de cuerda necesarios para una orquesta. En el presente solo algunos pocos se dedican a esta artesanía que se denomina minbui. Dentro de la artesanía guaraní actual se destaca la cestería, para la que se utiliza el tacuarembó, el tacuaruzú y la raíz de güembé. Los cestos por lo general son pequeños y tejidos en diagonal, con adornos geométricos. También se hacen en madera blanda.
Además se desarrolla el tallado de las piedras semipreciosas propias de la provincia.