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Antropología en Mendoza

Antropología

Mendoza (Mendoza)

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LOS PUEBLOS PRECERAMICOS 
A comienzo del Holoceno habitaban la provincia bandas de cazadores y recolectores no especializados. Su instrumental, constituido por un corto número de artefactos no muy diferenciados era fabricado sobre lascas y núcleos. No conocían las hachas de mano ni las puntas de proyectil.
En un segundo período aparecen las hachas de mano o bifaces y más tarde se ha podido comprobar la presencia de puntas de proyectiles bifaciales utilizadas por pueblos cazadores, cuya ubicación temporal es todavía incierta.
Ya hacia el 2.000 a.C. un grupo de cazadores recolectores ocupa la zona y utiliza con fines ceremoniales o de entierro la Gruta del Indio. Se observa una amplia utilización del cuero y de fibras vegetales empleadas en la fabricación de cordeles y tejidos, tubos de hueso, etc.

LOS AGRICULTORES INCIPIENTES 
Un grupo de agricultores incipientes pobló el 300 a.C. la región del valle del Atuel. Basaban su subsistencia en la caza. Desarrollaban una excelente cestería y un buen trabajo de pieles y cueros. Fabricaban una alfarería pobre y tosca y practicaban una momificación simple mediante la utilización de resinas vegetales.
Con posterioridad aparece un pueblo agroalfarero cuyo elemento más característico es la cerámica. Esta cultura, llamada de Agrelo es, según las hipótesis más aceptadas la antecesora más remota de los huarpes.

LA INFLUENCIA INCAICA 
Durante la segunda mitad del siglo XV los incas se expanden hacia el sur. El territorio cuyano cayó también dentro del imperio incaico y por lo tanto sufrió un proceso de aculturación.
Los conquistadores aseguraron el control de su extenso imperio mediante un sistema de asentamientos político-militares de gran eficacia. Sin embargo, su influencia cultural no fue muy intensa.

LA GRAVITACION ARAUCANA 
En el siglo VII comenzaron a hacerse sentir influencias de tipo araucano procedentes del sur.
El más importante hallazgo arqueológico correspondiente a esta época es el de Viluco. Es notable la cerámica de formas sencillas pero con decoración pintada en negro, rojo y blanco y motivos geométricos, semejante a la cerámica araucana de Chile.
Es probable que los habitantes hayan practicado la agricultura. La caza desempeñaba un papel muy importante en su subsistencia.

LA IRRUPCION DEL BLANCO 
En al provincia de Mendoza, el hombre blanco, como conquistador y como portador de una cultura más compleja sostuvo una postura cerradamente etnocentrista que llevó a un rápido proceso de extinción de los pueblos aborígenes.

LOS HUARPES 
Desaparecidos hace ya mucho tiempo, ocupaban a la llegada de los españoles la parte central de los actuales territorios de San Juan, Mendoza y San Luis.
Formaban tres grupos, cada uno con su lengua, a los que se conoce como huarpes allentiac (San Juan), huarpes millcayac (Mendoza) y huarpes puntanos (San Luis). En el momento de la conquista española hacian vida más o menos sedentaria, cultivaban el suelo, vestían la camiseta andina y poseían cerámica policroma de carácter ceremonial.
Cultivaban maíz y seguramente también quinoa; cosechaban algarroba, con la cual hacían patay y chicha o aloja.
En las lagunas de Guanacache pescaban desde embarcaciones de construcción simple (haces de tallos de totora). Cazaban patos y venados.
Se cree que la vivienda huarpe era de piedra en la montaña y de quincha en la llanura y que fabricaban una cestería de gran calidad, capaz de contener agua.
Tenían una divinidad central, llamada Hunuchuar. Adoraban también al sol, la luna, el lucero del alba, los ríos y los cerros.
La instalación de los incas en territorio huarpe, que data de la segunda mitad del siglo XV se manifiesta en la utilización de canales de irrigación, la cerámica de decoración policroma y la difusión del idioma quechua.

LOS PUELCHES 
Poblaban el sur de la provincia. Ocupaban las laderas orientales de la cordillera y la zona pedemontana que se extiende entre el río Barrancas y el río Diamante, limitando al sur con los pehuenches y por el norte con los huarpes.
Fueron cazadores y recolectores. Su vivienda consistía en toldos de cuero de guanaco, a los que luego se agregaron cueros de vaca y de yegua.
El vestido estaba constituido por pieles y se completaba con plumas. Sus armas eran el arco y la flecha, la boleadora y, al comenzar la araucanización, el "fuste auca" o lanza de varios metros de largo.
La familia era monogámica. El cacicazgo era generalmente hereditario. Nada se sabe de su religión.
Hay testimonios de la existencia de una lengua puelche, pero el proceso de araucanización hizo que se perdiera ya a mediados del siglo XVIII.